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Un Mexicano Universal: Don José Vasconcelos Calderón (1882-1959)


Homenaje en su 50 Aniversario Luctuoso

Un Mexicano Universal: Don José Vasconcelos Calderón (1882-1959)
Enero 13, 2017 16:49 hrs.
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1. Introducción. 2. Las raíces, nacimiento, niñez, primera juventud. 3. Primeros pasos como abogado e intelectual. 4. Entrada en la vida pública de México. 5. Director de la Escuela Nacional Preparatoria, Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Secretario de Educación Pública. 6. Pasa a la oposición. 7. En el exilio. 8. Un hombre de talla mundial. 9. Vuelta a México. 10. Retorno a la fe. 11. Concluye una vida cuajada de frutos. 12. Producción literaria, 13. Algunas de sus frases célebres, 14. Post-mortem. 15. Bibliografía.

1. Introducción

Investigar sobre la vida y obra de Don José Vasconcelos Calderón, resulta una experiencia muy enriquecedora y gratificante. Conforme se profundiza en la revisión de su vida y obra, aparece más y más interesante: un personaje admirable. Ojalá que hoy en día México contara con un Vasconcelos, para que diera atención e importancia a la educación en todos los niveles académicos, desde el jardín de niños hasta la edad adulta, como lo hizo Don José en su tiempo con su estilo muy peculiar, a través de la Secretaría de Educación Pública y de la Universidad Nacional. Fue un hombre empeñado verdaderamente en transformar a la población estudiantil de México, y trabajó incansablemente para lograrlo.

Su lucha y preocupación por la educación de los más pobres fue contundente, no sólo para que adquirieran los conocimientos básicos, sino para que alcanzaran ciencia, arte y cultura. Un hombre caracterizado por la sencillez, enemigo de recibir homenajes, aun siendo toda una autoridad en materia de educación.

Pretendo en este artículo enumerar datos sobre sus diferentes facetas: abogado, político, escritor, educador, funcionario público y filósofo. Presento estos datos en orden cronológico: fechas y acontecimientos que permitan tener una visión esquemática y a la vez completa, que permita conocer y admirar la vida y obra de este multifacético personaje, gran hombre que México ha dado al mundo

2. Las raíces, nacimiento, niñez, primera juventud

* El terruño

Oaxaca, amén de destacar por su milenaria arquitectura, gastronomía, artesanías y folklore, ha visto nacer a grandes personajes de la historia, política, arte, cultura, literatura y ciencia.

* Los abuelos paternos

Ambos de ascendencia española. Don Joaquín Vasconcelos fue un próspero comerciante de Oaxaca, todavía más identificado con España que con la incipiente nacionalidad mexicana (se hacía llamar Marqués de Monserrat). Había ayudado al joven Porfirio Díaz regalándole el texto escolar y el ’barragán’ de estudiante, aunque no lo consideró apto para admitirlo como dependiente en su comercio.

Doña Perfecta Varela (Mamá grande, a quien de cariño llamaban Gan) pertenecía a una familia de españoles que en Puebla se habían enriquecido con el cultivo de la cochinilla, hasta que los arruinó la industria alemana de la anilina. Como muchas otras familias españolas, la suya fue expulsada del país por el vicepresidente de México Valentín Gómez Farías, pero regresaron después de un breve exilio en Cuba.

El papel de la abuela Perfecta fue el de mantener las tradiciones, la religión y la gastronomía natal. Además, fue consuelo, compañía, y sostén: el lazo común de la familia. Durante el invierno padecía de neumonía y ataques de asma. Al envejecer se volvió más sana y muy lúcida. Los nietos solían rezar con ella sus devociones: en momentos difíciles prendían el cirio de ’la Perpetua’. Y con frecuencia entonaban la oración conocida vulgarmente como ’la Magnífica’, que en realidad es el canto que la Virgen María proclamó para agradecer a Dios todas los dones que le había concedido: ’Magnificat anima mea Dominum…’ y fue recogido en el capítulo 1 del evangelio de San Lucas, en los versículos 46-55.

Al regreso de un viaje de negocios José la encontró ya tendida, a sus 85 años. Según sus deseos fue enterrada en el Panteón Español. Durante la ceremonia en la capilla, la hermana y la esposa de José se encargaron de los rezos.

Carlos, Samuel y Soledad, hermanos de José, lloraron a su Gan, para ellos fue la única madre que conocieron. Desde su trabajo en la frontera, su padre escribió a José, agradeciéndole las muestras de cariño para el entierro de su madre.

* Los abuelos maternos

Don Esteban Calderón, oaxaqueño y médico de profesión. Huyendo de Antonio López de Santa Anna se había exiliado en Nueva Orleáns, donde conoció y se unió a Benito Juárez. En 1857 dio refugio en su rancho de Tlaxiaco durante la guerra de Reforma, a Porfirio Díaz y a sus tropas, y le curó una herida; peleó contra los franceses, apoyó a Lerdo de Tejada y llegó a ser senador porfiriano. Después de enviudar, contrajo segundas nupcias en Tlaxiaco procreando una docena de hijos.

Doña Dolores Conde, era de familia de buen nivel económico. Se decía que eran tan ricos que sacaban la plata a asolear.

* Los padres y los hermanos

La joven Carmen Calderón Conde, ’después de algunos años de ir a Misa y estar en la ventana’ se enamoró de ’un pobre empleado de botica’, Ignacio Vasconcelos Varela, que pertenecía al sector ínfimo de la clase media. Ambos criollos puros, aunque Carmen rubia y pálida e Ignacio sanguíneo y robusto. Al poco tiempo contraen matrimonio en secreto, pese a que el senador Calderón se oponía a la relación y por supuesto a la boda.

Afortunadamente, y gracias a las influencias de general Vicente Mariscal, tío de Carmen, Ignacio Vasconcelos consigue un empleo de agente aduanal en Soconusco, frontera con Guatemala. Con motivo del trabajo de Ignacio, la nueva familia comenzará pronto a cambiar constantemente de residencia y acabará alejándose de sus ancestros.

José fue el segundo de los nueve hijos que procrearon Ignacio Vasconcelos Varela y Carmen Calderón Conde. El primogénito murió en Oaxaca, así que José quedó como el hermano mayor. Años después asumió con responsabilidad esa precedencia, pues ayudó a su padre a solventar los gastos relacionados con sus tres hermanas, dos hermanos y su abuela paterna.

De dos de sus hermanos sabemos algunos pormenores: Samuel se quejaba de todo y en todo hallaba algo que estaba mal; Carlos trabajaba en una papelera, era el consentido de José, era muy jovial, practicaba el atletismo y el box. A los 21 años se fue a Estados Unidos, donde José lo llegó a visitar.

En cuanto a sus hermanas, tenían muchas relaciones eclesiásticas. De la que más sabemos es de Mela, que ’rezaba mucho’. A sus 21 años tomaría los hábitos religiosos en un Convento de Tacubaya. José consideró que aquello era ’la misa del entierro de Mela’. Él no asistió, sólo su esposa y hermanas. José se quedó en casa considerando los pormenores de lo que él consideró un ’nuevo desastre familiar: se fue al Convento y se despidió para siempre del mundo. Se va, pese a la oposición de toda la familia. Era el orgullo y la alegría de la familia’. Tenían la esperanza de que se arrepintiera y regresara a casa. José le enviaba recados fuertes: ’ya está bien que esto termine Mela, como experiencia ya es bastante. Dime si hacen sobre ti la menor presión en el Convento y los denunció’.

Concepción, también ’metida en los hábitos monjiles’ (según José), escribía desde España sólo en los aniversarios. Le decía a José: ’supongo que te acordarás que tú cumplirás el deseo de mamá, manteniéndote fiel católico, para que todos podamos reunirnos en el cielo’. De Lola, sabemos que le encantaban los dulces.

CONTINUARÁ…

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